domingo, 1 de mayo de 2011

Emmi Pikler (1902-1984)

Formada en Viena, Emmi Pikler se instaló como Pediatra en Budapest en los años 1930. Su visión del niño pequeño - un ser activo, competente, capaz de iniciativas - le lleva a convencer a las familias que ella acompaña - de lo adecuado del desarrollo motor autónomo y de la importancia de una actividad auto-inducida y conducida por el niño mismo. Atenta igualmente a la dimensión relacional, ella muestra como vivirla en los momentos de cuidados, en un compartir íntimo y profundo entre el adulto y el niño.

En 1946 se confía a Emmi Pikler la responsabilidad de una casacuna en Budapest (llamado hoy en día Instituto Pikler). En la misma línea de su trabajo con las familias, (ella) busca el medio de ofrecer a los pequeños que ahí se crían, una experiencia de vida que preserve su desarrollo y evite las carencias dramáticas que puede crear la ausencia de un lazo significativo con los padres. 

En la casacuna de la calle Lóczy va a nacer así un modo de encargarse de los niños pequeños, original e innovador. Sin buscar reproducir la relación maternal, proyecto vano en una institución. Emmi Pikler y sus colaboradoras permitirán a los niños establecer vínculos cálidos con sus cuidadoras, gracias a una atención exclusiva ofrecida a cada uno durante los cuidados, a una coherencia en la vida cotidiana, a una estabilidad de los adultos y a las respuestas finamente adaptadas a las necesidades individuales. 


Una gran confianza está puesta en la capacidad de cada niño a desarrollarse en estas condiciones por su propia actividad, siguiendo sus propios intereses. La actividad autónoma es la regla, sostenida por la relación establecida con los adultos. Gracias a esta actividad y a este sostén, el niño se percibe como competente, digno de atención, reconocido en su individualidad. En resumen, él elabora una confianza en sí mismo que le permite crecer armoniosamente. 


Asociación Internacional Pikler (Lóczy)

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